Querido visitante:
Después de muchos años de soñar con el Camino de
Santiago, en Septiembre del 2003 pude al fin realizar el viaje que
había venido planeando con detalle y entusiasmo: hacer el tradicional Camino Francés
desde Saint-Jean-Pied-de-Port hasta Santiago de Compostela en bicicleta de
montaña, siguiendo el mismo trazado de quienes lo hacen a pie. Han pasado ya varios años desde entonces… y esas uvas que mitigaron mi sed al paso del Camino por los viñedos riojanos
las encontrarás en Reservas y Grandes Reservas. Y el tiempo, que todo lo cambia,
habrá quizá hecho obsoletas algunas de las observaciones que aquí encontrarás.
El Camino ha sido desde hace mil años el eje magnético de Europa, y una
vez que experimentas su peculiar seducción, formará parte de ti para siempre. Hoy sigue teniendo
esa magia milenaria que ha cautivado a tantos millones que a lo largo de los
siglos han pisado sus sendas. Te trasladarás a la dimensión humana, pasando
por pueblos mágicos de épocas distintas y gozando paisajes nuevos en cada
horizonte. Y aunque empieces solo, como yo, terminarás
haciendo amigos nuevos de todas partes del mundo.
Si puedes algún día
hacerlo, no pierdas la oportunidad, pues te aseguro que tu esfuerzo se convertirá
en una de las experiencias más
gratificantes de tu vida. “...Que la tierra se vaya haciendo camino
ante tus pasos, que el viento sople siempre a tus espaldas, que el sol brille
cálido en tu cara, que la lluvia caiga suave sobre tus campos... y que Dios
te sostenga en la palma de su mano...”
Buen camino, y como te dicen el
primer día en Roncesvalles, priez pour moi à Compostelle.
In memoriam e.b.
|